Origen del corcho para las botellas de vino
El corcho es uno de esos elementos esenciales en una botella de vino. En otros artículos de este blog ya les hemos comentado la importancia de este pequeño elemento e incluso hasta de las variedades de sacacorchos. Hoy queremos detenernos y analizar cómo es que se elaboran los tapones de corcho.
El proceso de fabricación del corcho comienza con la selección de las mejores partes de la corteza de alcornoque. Una vez escogidas, se hierven en agua para adquirir una textura más flexible, aumentar su grosor y obtener un tejido esponjoso. Luego se mantienen en reposo hasta que se vuelven planos y más tarde se dividen por grosor y calidad.
Origen del corcho para las botellas de vino
Una vez que tenemos listas las planchas de alcornoque, se ponen en marcha los procesos mecánicos de extracción de los tapones. Cuando ya tenemos la forma cilíndrica que todos conocemos, se lavan y secan hasta que la humedad cae al 6%.
Los tapones de corcho se separan a continuación según su porosidad y se analizan en el laboratorio para determinar la humedad, el diámetro y la resistencia.
Es en este momento cuando entran en juego las bodegas, ya que de acuerdo con los pedidos, el logotipo o figura deseada se imprimirá en el corcho y se someterá a un tratamiento final para conseguir el aspecto tan característico de este elemento que, como decimos, es vital para el vino.